Una propuesta modesta y radical
Escrito en vísperas* de la catástrofe que devastará el aeropuerto de El Prat de Llobregat.
Antes de que una tempestad destruya el aeropuerto de Barcelona, querría modestamente hacer una propuesta. Una propuesta que de buen seguro será considerada radical, pero que sin embargo veo absolutamente necesaria.
No reconstruirlo.
Justo en estos días que precisamente se está hablando de ampliar el aeropuerto de El Prat, creo que deberíamos hablar de, al contrario, abandonarlo. O más bien, renaturalizarlo.
En primer lugar, porque no tiene sentido reconstruir el aeropuerto de El Prat. Sería tirar millones de euros en un gasto inútil, doblemente inútil, porque la naturaleza lo volverá a destruir al cabo de pocos años, y porque, debido a la escasez de recursos, en no tanto tiempo (años, quizá unas pocas décadas) el aeropuerto acabará siendo un símbolo abandonado de otro tiempo.
Dirán que no podemos hacer tal barbaridad, porque eso es sacrificar el crecimiento económico. Que el deber del Gobierno de España y del Govern de la Generalitat es velar por la buena salud económica de Barcelona y de Cataluña (y por ende de España).
Pero, ¿es correcto ese planteamiento?
¿Qué sentido tiene en plena Emergencia Climática el seguir apostando por un aeropuerto que solo sirve, con sus abusivas emisiones, para agravarla?
¿Qué sentido tiene intentar mantenerlo, cuando este aeropuerto, por la subida del nivel del mar y la recurrencia de tempestades, está de todas maneras condenado?
¿Qué sentido tiene en un planeta que ha sobrepasados 6 de sus límites planetarios, marcados por sus límites biofísicos, seguir apostando por el crecimiento?
¿Qué sentido tiene en medio de una crisis energética que no acabará nunca seguir desperdiciando vitales recursos en una empresa inútil, en una industria suntuaria, en un lujo que no podremos mantener?
Señores y señoras del Gobierno y del Govern: cuando suceda lo inevitable, hagan lo razonable y no reconstruyan el aeropuerto de El Prat. Al contrario: renaturalicen esa zona, para minimizar la erosión de los futuros temporales, para conseguir que ese área sea más resiliente al Cambio Climático.
Ese gesto valiente, aceptar lo inevitable y no luchar por lo perdido, nos llevará a abordar otras cuestiones que también requieren una discusión urgente. Como, por ejemplo, qué modelo económico deberíamos tener en el futuro para hacer frente a los retos de sostenibilidad enunciados. Por ejemplo, qué hacer con el turismo.
*: “Vísperas” no quiere decir hoy ni mañana, ni probablemente este año o el que viene. Pero es algo que con gran probabilidad acabará sucediendo, en algún momento de las próximas décadas. Y quizá éste es un debate que convendría tener antes de que esto pase, para evitar que hagamos lo que hacemos siempre, tirar arena para que se la lleve el mar (como en la regeneración de las playas tras los temporales).